El Claustro, en el Hotel Palacio de Santa Paula, propone una experiencia gastronómica de invierno

Diciembre es uno de los momentos más especiales para descubrir Granada. La luz invernal sobre la Alhambra, las calles del centro llenas de vida y el ambiente festivo que envuelve la ciudad crean el escenario perfecto para una escapada inolvidable. En este contexto, el restaurante El Claustro, ubicado en el Hotel Palacio de Santa Paula, Autograph Collection, se convierte en una de las paradas imprescindibles para quienes desean completar su visita con una experiencia gastronómica vinculada al territorio y a la esencia granadina.

Bajo los arcos del antiguo convento del siglo XVI, El Claustro presenta su propuesta de temporada, un menú que mantiene la identidad del restaurante: producto local, raíces andalusíes y un profundo respeto por la temporalidad de la huerta, el mar y la montaña. Su cocina, que combina técnica contemporánea y tradición, invita a recorrer Granada a través de sabores, aromas y texturas cuidadosamente interpretados.

La carta de invierno se transforma en un viaje por el territorio granadino. Entre los entrantes destacan propuestas tan representativas como la quisquilla de Motril con sopa fría de almendras estofadas, un guiño al litoral y a la tradición de la Contraviesa. Junto a ella conviven platos vegetales y creativos, como el timbal de lentejas y quinoa con pipirrana vegetal y sopa de kéfir especiado, o el tomate Amela con hummus de albahaca artesanal.

En los principales, El Claustro recupera la esencia de los sabores de invierno: pescados como el bacalao confitado con meloso de gurullos al pil-pil y fritaílla andalusí, o la lubina de acuicultura sostenible con gazpachuelo de chirlas al ajillo y boladillos de azafrán. También cobran protagonismo los productos de la tierra, como las espinacas esparragadas con salsa de ajopollo granadino o el plato estacional Tierra, mar o aire. En el capítulo de carnes, destacan propuestas reconfortantes como el carré de cordero segureño glaseado o la carrillera ibérica estofada con salsa de pimienta verde.

El toque dulce llega con postres que reinterpretan paisajes granadinos: Flores de Sierra Nevada, un merengue de violetas con helado de lavanda y ganache de arándanos, o Jardines del Generalife, un turrón de chocolate Jivara y pistacho tostado infusionado en té pakistaní. Para quienes deseen sumergirse por completo, el menú degustación de seis tiempos reúne elaboraciones representativas como el esturión ahumado de Riofrío con caviar y bombón de foie. Con esta propuesta, El Claustro reafirma su compromiso con la cocina del entorno y se consolida como destino indispensable para disfrutar del invierno en Granada.