Piden a Subdelegación "vigilancia permanente" tras la profanación de una fosa en Víznar
Inciden en que con este acto delictivo, los autores "no sólo hacen un agravio a las víctimas del franquismo, sino que han robado una prueba judicial"
La Asociación Verdad, Justicia y Reparación ha condenado la profanación de una fosa común en el Barranco de Víznar en la que se han llevado un maxilar con dientes de oro de uno de los represaliados y han reclamado a la Subdelegación del Gobierno en Granada que active "vigilancia permanente" en este enclave.
Desde el colectivo memorialista inciden en que con este acto delictivo, los autores "no sólo hacen un agravio a las víctimas del franquismo, sino que han robado una prueba judicial en el escenario de un crimen contra la humanidad".
Inciden en que "no es la primera vez que individuos vinculados a la extrema derecha cometen delitos de odio en el Barranco de Víznar", donde se han registrado actos vandálicos contra la placas que señalizan este Lugar de Memoria y se ha llegado a ejercer violencia física contra el familiar de una víctima, al que golpearon brutalmente y gritaron "pocos hay aquí enterrados", haciendo apología del golpe de Estado.
Por todo ello, la asociación pide a la Subdelegación del Gobierno que detenga a los responsables de la profanación, recupere los restos robados y ponga en marcha un sistema de vigilancia permanente para impedir que queden impunes estos delitos contra la Ley de Memoria Democrática.
"Recordamos que el Barranco de Víznar forma parte de la geografía del terror, con centenares de desaparecidos en fosas comunes, entre los que está Federico García Lorca, nuestro poeta más universal. Por tanto, es un lugar de gran valor simbólico, comparable al Valle de Cuelgamuros, por lo que ambos deben ser protegidos y vigilados por las fuerzas de seguridad del Estado".
El portavoz del colectivo, Paco Vigueras, ha retirado su apoyo al equipo que dirige Paco Carrión "pues está realizando un trabajo admirable en el Barranco".
Estas dos son las primeras víctimas a las que se les ha podido dar nombre y apellido, casi 90 años después de su asesinato, gracias al cotejo de ADN
Gil Bracero ha incidido que estas fosas se encuentran en un paraje en pleno monte y se debe garantizar la excavación, exhumación y posterior identificación
