El tratamiento de las enfermedades benignas

Las enfermedades de tipo degenerativo que no mejoran ni responden a tratamientos convencionales, pueden ser en ocasiones tratadas con radioterapia de baja dosis

Redacción  |  7 de junio de 2019
Artrosis
Artrosis

La radioterapia está, en general, asociada por la mayoría de las personas al tratamiento del cáncer. Está rodeada de mitos y es, probablemente, uno de los tratamientos que más miedos despierta. Su aplicación para tratar enfermedades benignas es muy desconocida no solo para el público general y los pacientes, sino también para algunos sectores sanitarios. Lo cierto es que las enfermedades benignas de tipo degenerativo que no mejoran ni responden a tratamientos convencionales, pueden ser en ocasiones tratadas con radioterapia de baja dosis. Estos tratamientos son ya ampliamente utilizados en Europa, y en España, diferentes instituciones y grupos como GenesisCare ofrecen esta posibilidad a sus pacientes.

La diferencia con la radioterapia convencional fundamentalmente es la dosis, que varía según la patología a tratar. Está comprobado que este tipo de tratamiento tiene efectividad en procesos benignos, sobre todo en enfermedades osteodegenerativas o hiperproliferativas, como la artrosis y la fascitis plantar. En los procesos degenerativos, actúa sobre la inflamación, reduciendo la sintomatología (dolor, reducción de la movilidad). En las enfermedades inflamatorias actúa sobre la causa, controlando el problema.

Las enfermedades benignas son bastante comunes y además afectan en diferentes niveles a nuestra calidad de vida. Pueden ser degenerativas (como las artrosis), proliferativas (como los queloides), o inflamatorias de tejidos blandos (como la oftalmopatía de graves). 

 

Hace años que el uso de la radioterapia en el tratamiento de enfermedades benignas y no cancerosas empezó a generalizarse. Sus beneficios y resultados son muy satisfactorios y por ello precisamente, sorprende que no se haya extendido de manera proporcional a sus ventajas. Es probable que tenga que ver con las creencias que rodean a este tipo de tratamientos y las enfermedades a las que se encuentra asociado en el imaginario general.

Sin embargo, la radioterapia aplicada en dosis muy bajas tiene un efecto antiinflamatorio y antiproliferativo muy beneficioso en enfermedades inflamatorias y degenerativas. De hecho, hay países, como Alemania y Reino Unido, en los que está muy generalizada asociada a estos procesos.

Además, la evolución de los equipos de radioterapia y la formación cada vez más exhaustiva de los profesionales médicos que la aplican hacen que esta utilización sea totalmente segura. Usado a dosis muy bajas, los estudios han demostrado que no tiene efectos dañinos.  Ayuda a reducir síntomas como el dolor y las alteraciones de movilidad asociados a determinadas enfermedades.

Por último, es importante aclarar que, aunque este tipo de tratamiento esté dirigido a personas que han pasado por otros más comunes y no han obtenido resultados, todo el mundo es apto para recibirlo. Su principal ventaja frente a tratamientos conservadores (fisioterapia) o farmacológicos radica en que el período de tratamiento es más corto y sus efectos son más prolongados.

 
 
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