Amnistía Internacional censura la represión de la Libertad de expresión en el Día Mundial de la Libertad de Prensa

Casos de censura, clausuras de medios de comunicación, detenciones ilegales y agresiones a periodistas de todo el mundo por informar de la COVID-19 son las principales denuncias del colectivo

Redacción  |  5 de mayo de 2020
Juan Pinilla ha leído un manifiesto por el Día Mundial de la Libertad de Prensa (WIKIPEDIA)
Juan Pinilla ha leído un manifiesto por el Día Mundial de la Libertad de Prensa (WIKIPEDIA)

Con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, Amnistía Internacional llama la atención sobre casos en los que las autoridades podrían haber puesto el derecho a la salud en peligro al reprimir la libertad de expresión y el acceso a la información.

Desde los primeros días de esta pandemia, cuando las autoridades chinas censuraron la información de los medios de comunicación y sancionaron a quienes lo denunciaban, periodistas de todo el mundo han puesto en peligro su vida, su libertad y su puesto de trabajo para hacer llegar a la opinión pública información que podía salvar vidas.

 

Censura peligrosa

Una característica fundamental del derecho a la salud es el derecho a acceder a información oportuna y exacta. En el caso de la COVID-19, tal característica supone que todas las personas tienen derecho a acceder a toda la información disponible sobre la naturaleza del virus y su propagación, así como sobre las medidas que puedan adoptar para protegerse. Sin embargo, gobiernos de todo el mundo han detenido a periodistas y otros trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación precisamente por difundir este tipo de información esencial.

En países como Chechenia, Egipto, Turquía, India o Venezuela se ha amenazado, detenido ilegalmente o coaccionado para informar de sus fuentes a profesionales de diferentes medios. En otros, como Kazajistán, Serbia, Bangladesh, Camboya, Ruanda, Somalia, Túnez o Palestina, se les ha procesado por informar sobre la COVID-19. 

Asimismo, se ha sometido a hostigamiento, intimidación, agresiones y procesamiento a periodistas que informan sobre abusos contra los derechos humanos relacionados con la pandemia, como malos tratos policiales y malas condiciones de reclusión.
“Noticias falsas”

Además de atacar a trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación, muchos países, como Azerbaiyán, Hungría, Rusia, Uzbekistán, Sri Lanka, Tailandia, Tanzania y varios Estados del Golfo, han utilizado la pandemia de COVID-19 como pretexto para promulgar leyes contra la difusión de “noticias falsas”. En la mayoría de los casos, se deja al arbitrio de las autoridades determinar qué constituye noticias falsas o desinformación, y estas leyes sirven de enérgica advertencia contra el debate libre sobre la situación.

Cierres de medios de comunicación

El 20 de abril, las autoridades tanzanas suspendieron la licencia al periódico online Mwananchi después de que publicara una fotografía del presidente, John Pombe Magufuli, haciendo compras en medio de multitud de personas, lo que suscitó el debate sobre la necesidad de respetar la distancia física.

“La suspensión de Mwananchi es un claro ejemplo de los peligros que la censura puede comportar para la salud pública. El debate sobre las medidas de contención debe fomentarse, no silenciarse”, ha señalado Ashfaq Khalfan, director del Programa de Derecho y Política de Amnistía Internacional.

 
 
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