Finaliza la restauración de dos esculturas del jardín del carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta

Las esculturas del siglo XVII, de Pomona y Atalanta, vienen a completar el contenido simbólico del jardín

Redacción  |  10 de julio de 2024
Una de las esculturas restauradas (JUNTA)
Una de las esculturas restauradas (JUNTA)

Después de 40 años, se han podido recuperar dos esculturas de mármol del jardín de la Fundación que permanecían en los almacenes fragmentadas esperando la oportunidad de ser restauradas. Como ocurre con otras piezas del edificio, las dos son material de acarreo: piezas originales, antiguas, que son recuperadas y reutilizadas en la obra del carmen-estudio sede de la Fundación, cuya construcción promueve su fundador José María Rodríguez-Acosta, entre 1916 y 1930.

Ambas piezas estaban ubicadas en el patio de Baco. Las dos son de pequeño tamaño pues no superan el metro de alto. Estuvieron sobre unos plintos en el antepecho de cierre de ese nivel del jardín, hasta que en marzo de 1983 como consecuencia de una tormenta, fueron volcadas por un ciprés y fracturadas en múltiples trozos. Así se guardaron hasta que el año pasado se pudo plantear su restauración a cargo de los presupuestos de conservación de la Fundación.

Los personajes que representan son femeninos de la mitología grecorromana: Pomona diosa de la abundancia, árboles frutales y huertas, lleva en sus manos un cesto con frutas. La otra es Atalanta, heroína de la mitología griega vinculada a la caza y que protagonizó el episodio de la cacería del jabalí de Calidón, lleva en su representación detalles que la distinguen como el carcaj para las flechas o la propia cabeza del jabalí bajo el pie.

 

El trabajo de restauración ha sido complicado, ya que además de la limpieza de los fragmentos, se ha requerido de una fase reconstructiva en la que se han tallado en piedra algunas piezas necesarias para poder mantener las esculturas con buena estabilidad y en pie. El trabajo de restitución se ha podido realizar con éxito gracias a la documentación fotográfica que se encontraba en el archivo de la Fundación en el que se contaba con imágenes anteriores al momento del accidente que permitían ver las esculturas completas.

Con este trabajo se ha podido constatar que aunque las esculturas de mármol son del siglo XVII, en algún momento reciente se arreglaron reponiéndoles zonas perdidas. Es lo que se observa muy evidentemente en la escultura de Pomona, la diosa de la fruta y los jardines, que tiene hecha nueva la cabeza.

Este y otros trabajos de conservación se están abordando gracias al decisivo empuje de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, a la que la Fundación Rodríguez-Acosta está adscrita desde 2019, y a la transferencia de financiación del Patronato de la Alhambra y Generalife que además aporta su interés y apoyo determinante a la Fundación en esta nueva etapa.

 

 
 
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