'Inevitable' Orozco en Granada
El cantante catalán emocionó al público de una abarrotada Plaza de Toros dentro de la 'Gira de mi vida'
Antonio Orozco celebró anoche sus 25 años de carrera con un concierto inolvidable dentro de ‘La gira de mi vida’ en una abarrotada Plaza de Toros de Granada, dentro del ciclo 1001 Músicas, donde logró reunir a un público intergeneracional que coreó sus temas durante más de dos horas.
El cantante catalán abrió fuego con “El tiempo no es oro”, dando paso a un viaje sonoro que repasó los grandes capítulos de su trayectoria. Himnos como “Devuélveme la vida” encendieron pronto la complicidad con un público que alternaba generaciones, desde jóvenes seguidores hasta veteranos que han acompañado su carrera desde sus inicios.
Del rock a la intimidad
Tras un arranque enérgico, los decibelios alcanzaron su punto más alto con “La revolución”, que convirtió la arena en una pista vibrante. Seguidamente, la intensidad dio paso a la emoción cuando la banda se retiró y Orozco se quedó solo para interpretar piezas tan íntimas como “Mi héroe” o “Pedacitos de ti”, despertando lágrimas y aplausos en un silencio casi reverencial.
Granada en el corazón
Uno de los instantes más especiales llegó cuando el artista dedicó unas palabras al desaparecido cantaor granadino Enrique Morente, un gesto que Granada acogió con una prolongada ovación. Orozco, visiblemente emocionado, confesó sentir tal conexión con la ciudad que aseguró entre risas que “igual me empadrono aquí”.

Un homenaje inesperado
La noche también tuvo espacio para la sorpresa. El de Hospitalet se acordó de su “hermano” Pablo López, que en ese mismo momento celebraba su boda con Laura Rubio en Cádiz. Con la complicidad del público, grabó un vídeo colectivo en el que toda la plaza cantó “Te prometo” iluminada con los móviles, un gesto que unió la música con la celebración personal de su inseparable amigo y compañero televisivo.
El gran cierre
Para el tramo final llegaron canciones recientes como “Te juro”, dedicada a su hija, o el rotundo éxito “Entre sobras y sobras”, que hicieron cantar a todos los asistentes. Sin embargo, el verdadero broche de oro se produjo cuando, tras leer en las primeras filas carteles que pedían “Lo Inevitable”, Orozco decidió interpretarla por primera vez en directo, al piano y en absoluta intimidad. Antes de comenzar, explicó que “lo inevitable son los recuerdos de todas las personas con las que decides convivir”, un mensaje que puso la piel de gallina a la grada.
Granada despidió a Antonio Orozco entre vítores y promesas de vuelta. Más que un concierto, fue una celebración compartida de memoria, presente y futuro de un artista de Hospitalet que ha convertido sus canciones en la banda sonora de varias generaciones.
Se celebrará del 26 al 28 de septiembre en el Parque de la Encina, donde habrá pasacalles, talleres de esparto o espectáculo de títeres
Serán cinco días de música, cultura y pensamiento con sabor a Europa