Robert Plant inaugura su gira española con un concierto íntimo y memorable en Granada

La noche del sábado 26 de julio, Granada fue testigo de una cita irrepetible con la música en vivo. Robert Plant, la voz eterna y leyenda del rock como frontman de Led Zeppelin, subió al escenario del Palacio de Congresos acompañado de su banda Saving Grace y la cantante Suzi Dian para dar inicio a su gira española dentro del ciclo '1001 Músicas – CaixaBank'.

Fue la primera de las tres fechas que el grupo ofrecerá este verano en España, además del cierre del ciclo de conciertos de julio, que retomará en septiembre con otros seis eventos programados.

Desde los primeros compases, la formación sorprendió al público con una atmósfera íntima y mística, apoyada en una iluminación cálida y minimalista que envolvía a los músicos en un universo sonoro lleno de sutilezas. Plant mostró una energía serena y una voz imperecedera que navegaron por un repertorio introspectivo, lejos del rock grandilocuente que le dio fama, con una mezcla de raíces tradicionales, folk británico, blues espiritual y versiones delicadas de temas propios y ajenos.

La colaboración con Suzi Dian destacó por su magnetismo vocal y la complicidad en las armonías, mientras la banda, que incluye a Tony Kelsey (guitarra), Matt Worley (banjo y mandolina), Oli Jefferson (percusión), Barney Morse-Brown (violonchelo) y la propia Suzi Dian (acordeón), ofreció un sólido entramado instrumental lleno de texturas y matices.

El repertorio incluyó piezas como The Cuckoo, Angel Dance (de Los Lobos), Move Along Train, Too Far from You y For the Turnstiles (de Neil Young), junto a guiños al legado de Led Zeppelin con reinterpretaciones de Ramble On, Four Sticks y Friends, presentadas con fresca delicadeza. Especialmente emotivas fueron las versiones de Everybody's Song (dedicada a Mimi Parker) y Gallows Pole, que cerró el concierto en un clímax cargado de folk y blues ancestral.

El público, entregado y respetuoso, disfrutó de una velada en la que predominó la escucha atenta y el recogimiento, sin distracciones tecnológicas, lo que Plant agradeció con gestos cálidos y complicidad escénica. El icónico músico demostró que sigue disfrutando del directo desde un lugar más íntimo, maduro y libre.

Este concierto marcó una noche inolvidable donde la música y la emoción fueron las verdaderas protagonistas, en un espectáculo sobrio pero cautivador que, aunque alejado de los grandes despliegues de Led Zeppelin, resultó igualmente absorbente y conmovedor.