Diputación subvenciona una campaña de sensibilización sobre salud mental en colegios

La iniciativa, desarrollada por la asociación Granabip, pretende luchar contra la estigmatización social y el bullyng

Redacción  |  19 de enero de 2022
Presentación de la campaña (R. MARTÍNEZ / DIPGRA)
Presentación de la campaña (R. MARTÍNEZ / DIPGRA)

La Diputación de Granada, a través del área de Bienestar Social, ha concedido una subvención de 5.325 euros a la Asociación de Bipolares de Granada (Granabip) para el desarrollo de un proyecto de sensibilización sobre salud mental en los centros educativos de la provincia. La ayuda, unida a la inversión de la propia asociación, cercana a los 5.000 euros, ha permitido la contratación de una psicóloga para la puesta en marcha de este programa, que persigue luchar contra la estigmatización social desde edades tempranas y combatir, asimismo, el bullyng en los colegios.

“Se trata de potenciar los hábitos de vida saludables entre los escolares y de concienciar, desde pequeños, de la importancia de la salud mental en nuestras vidas”, ha apuntado la vicepresidenta segunda y diputada de Bienestar Social de la Diputación de Granada, Olvido de la Rosa, quien ha destacado la “gran labor” que desarrolla Granabip en la asistencia a las personas con problemas de salud mental y a sus familiares. “Son más de 550 socios los que forman parte de esta asociación en nuestra provincia y la atención que Granabip presta está llegando a muchísimos pueblos”, ha añadido.

 

Asistencia psicológica para fomentar la autonomía

La presidenta y fundadora de la Asociación de Bipolares de Granada, María del Sol Casas, ha destacado, por su parte, la importancia de la concienciación para que “la sociedad que empieza aprenda a no estigmatizar a un compañero” y ha explicado otras funciones que desarrollan en la asociación que preside, centrada en prestar ayuda psicológica y mejorar la calidad de vida de “personas con trastorno mental sin etiquetas”.

Concretamente, la financiación de la institución provincial permitirá desarrollar también un proyecto dirigido a un total de 215 socios para potenciar la autonomía de las personas con trastorno bipolar, depresión, ansiedad y estrés y compensar los efectos del aislamiento social, agravados por las restricciones derivadas de la pandemia.

Este programa pretende trascender el ámbito sanitario-psiquiátrico en el que se suelen centrar las intervenciones relacionadas con este colectivo para incidir en las necesidades psicosociales de los afectados y de sus familiares. Con este fin, Granabip proyecta desarrollar talleres para fomentar la autonomía en las actividades cotidianas, disminuir los niveles de estrés y ansiedad, adquirir hábitos de vida saludables y mejorar las habilidades sociales para compensar las consecuencias de la estigmatización social.

Las actividades programadas contemplan, asimismo, fortalecer las relaciones de los usuarios con su propia familia y ampliar sus redes de apoyo, para lo que se realizarán intervenciones individuales y a nivel familiar en el lugar de residencia de los participantes para mejorar las condiciones de convivencia.

Concretamente, se llevarán a cabo cinco talleres con distinta frecuencia semanal a lo largo de seis meses que trabajarán, respectivamente, la adquisición de herramientas para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria, el desarrollo de habilidades sociales a partir del diálogo entre afectados y familiares y de estrategias para identificar y gestionar las emociones, la adquisición de hábitos de vida saludables, la gestión de la depresión, la ansiedad y el estrés, y la realización de visitas domiciliarias por parte de los socios y familiares a otros usuarios que se encuentran en una situación más desfavorable.

Perspectiva de género

El proyecto adquiere, además, una dimensión transversal, al contemplar la perspectiva de género en el desarrollo de las actividades. Según ha señalado la presidenta de Granabip, “las mujeres afectadas por el trastorno bipolar sufren un doble estigma, el de ser mujer y el de tener dicha enfermedad, por lo que ven alterado su proceso de integración adaptativo a la realidad, aparecen temores a perder los hijos o el trabajo, tienen la autoestima baja, etc”. 

A ello se suma el hecho de que sus empleos suelen ser menos valorados que los de los hombres, con el consiguiente descenso en su poder económico. “Todo ello repercute en su vida diaria y, a menudo, lleva asociada una baja red de apoyos”, tal y como ha explicado Casas. Por ello, el proyecto, en el que participarán 120 mujeres y 95 hombres, trabajará en todos los talleres la perspectiva de género y promoverá el principio de igualdad a partir de diferentes medidas como el empleo de un lenguaje no sexista o el fomento de la participación del hombre en las tareas de acompañamiento y del hogar, así como el uso de indicadores de género durante la evaluación para analizar las variables según el sexo. 

 

 
 
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