El notario Andrés Tortosa Muñoz, Medalla de Honor de la RAJYL de Granada
La Corporación reconoce así la sabiduría, acierto y disponibilidad del que fuera su vicepresidente y la sempiterna vocación de servicio y capacidad de enseñanza del fedatario público
La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada ha condecorado al notario y académico Andrés Tortosa Muñoz con la Medalla de Honor de la institución por su constante y encomiable labor a favor de la Corporación y su contribución al mantenimiento e incremento del prestigio de la misma desde su incorporación el 26 de noviembre 2007 como académico de número titular de la Medalla número 22, hasta la actualidad, siendo hoy día académico emérito desde el 20 de noviembre de 2024.
Se trata de la primera Medalla de Honor que entrega la Academia tras la reforma estatutaria aprobada en 2022 que incorporó la posibilidad de otorgar esta distinción, ya con el que fuera vocal (2013-2016) y vicepresidente (2016-2020) de su Junta de Gobierno en mente. "Con ello, no sólo queríamos reconocerle los servicios que ha prestado a la Academia, su magisterio en la función académica, sino también establecer en su ejemplo el patrón, el rango mínimo para ser acreedor de la Medalla en un futuro", señaló el presidente de la RAJYL de Granada, Rafael López Cantal, en el acto de imposición celebrado ayer en la sede de Granada del Colegio Notarial de Andalucía, “su casa”.
“Creía que mi currículo estaba cerrado y, mira por dónde, me llega esta Medalla que luciré con mucho orgullo, porque da respuesta a cuantos maestros contribuyeron a mi forma de ser y estar, principal causa de mi ingreso en esta Academia”, aseguró este notario con profunda disposición pedagógica. De hecho, el aprender ha sido “su camino y su fin”, según confesó Tortosa Muñoz.
En este sentido, la académica y vicedecana del Colegio Notarial de Andalucía, Teresa Barea Martínez, destacó durante la laudatio esa “habilidad para enseñar sin adoctrinar” del distinguido, muestra de su “vocación de trabajar por y para las personas” que evidencia la utilidad social del notariado. “Eres la mejor versión de lo que un notario es”, manifestó, aportando como prueba una sala inusitadamente llena, muestra del profundo cariño y respeto profesado. Una excelencia que, según recordó su hijo, Pablo Tortosa Crovetto, se debe a su “arma más poderosa: la voluntad”. “Desde joven aprendió que todo se consigue con paciencia, esfuerzo y constancia”, afirmó el también notario durante su emotiva intervención.
Pero la excepcionalidad de Tortosa Muñoz va más allá de su incuestionable capacidad para aprender y enseñar que a tantos juristas ha beneficiado. Su reflexión pausada, su fino olfato para detectar a quienes pretenden traspasar las líneas rojas, su trato deferente y preferente a los más débiles fueron algunas de las características del notario repasadas por Barea Martínez. Su rigor jurídico, lucidez, lealtad, humildad, bonhomía y humanidad fueron otras de las virtudes indicadas por López Cantal. En definitiva, valores de un jurista integral al que todos los presentes coincidieron en calificar de “maestro”.
Andrés Tortosa Muñoz
Nacido en Granada, realizó sus estudios de Enseñanza Primaria en la Escuela Normal de Magisterio, cursando Bachiller en el Colegio de los Padres Escolapios. Simultaneó la carrera de Magisterio con la Licenciatura en Derecho, obteniendo la calificación de Premio Extraordinario en la primera y de sobresaliente en la segunda.
Obtuvo plaza de notario en Madrid en las oposiciones celebradas en la capital de España en el año de 1969, ejerciendo en las poblaciones de Lubrín (Almería), Alhama de Granada, Guadix, Vélez-Málaga, Málaga y Granada.
A nivel institucional, ocupó el cargo de Tesorero de la Junta Directiva del Ilustre Colegio Notarial de Granada en los años 1980 a 1982; de Secretario, en los años 1883 a 1985; y Decano, en los años 2003 a 2008. De hecho, fue el último Decano de dicha Corporación antes de fundirse en 2009 con el Colegio Notarial de Sevilla en el actual Colegio Notarial de Andalucía, lo que le hizo merecedor, junto a su homólogo hispalense, Antonio Ojeda Escobar, de la Medalla de Honor de esta última institución en 2019. Es también su primer Notario honorario y actualmente dirige el Servicio de Atención al Usuario del Colegio Notarial de Andalucía, sede de Granada.
En la Real Academia de Jurisprudencia de Legislación de Granada fue nombrado por unanimidad Académico de Número el 10 de julio de 2007, a propuesta de los académicos numerarios Eduardo Roca Roca, Alfonso Labella Caballero y Antonio Angulo Martín, correspondiéndole la Medalla Número 22, que con anterioridad perteneció al también notario Luis Rojas Montes. Tomó posesión de este cargo el 26 de noviembre de 2007 con el discurso de ingreso ‘La solidaridad como principio. Algunos de sus encuentros con el Derecho’. Ejerció como Vocal de la Junta de Gobierno de la Academia desde el 18 de junio de 2013 al 29 de noviembre de 2016 y como Vicepresidente desde el 29 de noviembre de 2016 hasta el 20 de febrero de 2020. El 20 de noviembre de 2024 fue designado Académico Emérito y continúa perteneciendo a los tribunales de los Premios Anuales de la Academia a Mejor Tesis Doctoral de Derecho Privado y el patrocinado por el Colegio Notarial de Andalucía.
Ha sido Presidente del tribunal de ingreso de las oposiciones a título de notario de la Dirección General de los Registros y del Notariado. Asimismo, colabora en diferentes revistas de interés jurídico y ha participado en numerosas jornadas y congresos, destacando sus ponencias en materia de tutela, nacionalidad, adopción y trasmisión de empresa, esta última desarrollada en el Colegio Notarial de Jalisco, Guadalajara (México).
Entre otras condecoraciones, cuenta con la Cruz Distinguida de la Orden de San Raimundo de Peñafort y, en 2023, el Colegio Notarial de Andalucía constituyó en su honor el Premio Andrés Tortosa Muñoz de Implicación Social del Notariado.
La cita será el sábado 31 de mayo en el edificio de Gran Vía 50 y reunirá a artistas en torno al edificio y el patrimonio arquitectónico
La sede que más estudiantes recibirá será el Espacio V Centenario, la antigua Facultad de Medicina de Granada, con 619 estudiantes