La Abogacía granadina entrega la Medalla de Oro a Enrique Ceres Ruiz
El Colegio de Abogados de Granada distingue la brillante trayectoria profesional y excelente conceptuación social de este emblemático letrado
El Colegio de Abogados de Granada ha celebrado esta mañana una solemne ceremonia de imposición de la Medalla de Oro de la institución al letrado granadino Enrique Ceres Ruiz, una distinción dirigida a honrar y reconocer a quienes se hayan distinguido en el ejercicio de la abogacía, de forma continuada e intachable, según establece el Reglamento de Honores y Distinciones de la Corporación.
En este caso, su excelente conceptuación social y profesional durante sus casi 57 años de ejercicio, su importante labor docente a lo largo de 38 años en la Fundación de Estudios y Prácticas Jurídicas y su permanente disposición a prestar sus servicios al Colegio y los colegiados de forma totalmente desinteresada son las razones a las que alude el expediente creado al efecto y que ha dado lugar al acuerdo unánime de la Junta de Gobierno de la concesión de la Medalla de Oro al colegiado número 1.004. “Es un día especial, muy especial, para el Colegio y para los colegiados, porque pocas veces tenemos la posibilidad y el orgullo de premiar y distinguir a un magnífico profesional en el cuerpo de una magnífica persona”, ha señalado el decano de la Abogacía granadina, Leandro Cabrera.
Pero estos “Considerandos” son, ni mucho menos, los únicos méritos de Ceres Ruiz, como bien ha recordado la laudatio elaborada por el diputado Quinto de la Corporación, Rafael López Guarnido, penalista y amigo del homenajeado, y leída por el diputado Segundo, Antonio Olivares, al no poder acudir al acto el primero por causas sobrevenidas. “Enrique Ceres ha elevado su nombre a la categoría de marca, convirtiéndose en una enseña, maestro de penalistas, enorme y merecido título que le acompaña”, ha recogido el discurso, destacando el desarrollo por el reputado abogado de un “Derecho Penal de autor, de pequeña boutique”. Una labor además que ha desempeñado siempre con “honestidad, ponderación, distinción, nobleza y honestidad”. Y, por supuesto, generosidad. “Has ayudado, guiado y mejorado a una infinidad de abogados con ese eterno referente que siempre concedía la atención reclamada”, ha añadido López Guarnido. El número de asistentes y el prolongado aplauso al letrado han evidenciado ese cariño del colectivo al letrado.
“Yo no podía más que ser abogado”, ha recordado agradecido y emocionado, Ceres Ruiz, rememorando sus primeros pasos en el despacho de su padre, procurador, en la Facultad de Derecho y en el despacho de su maestro, José María Stampa Braum. En este sentido, Ceres Ruiz ha puesto en valor la importancia de la palabra, el instrumento de trabajo de la abogacía; la insustituible función de la pasantía, pues “esta profesión no se aprende más que en un despacho de abogados”; y el papel social de los letrados. “Los abogados tenemos el honor de saber que, con el trabajo diario y el estudio, e intentando que impere el Estado de Derecho, estamos contribuyendo al desarrollo de la nación y de la tierra y por eso merece la pena ser abogado”, ha indicado. De ahí que, tras unas emotivas palabras de recuerdo a sus padres y de agradecimiento a su familia -su mujer Adelaida, sus hijas Macarena, Belén y Maria del Mar, y sus cinco nietos, entre otras menciones-, “por soportar las consecuencias de la abogacía”, este referente de la abogacía haya admitido que, pese a sus 80 años, no tiene ningunas ganas de dejar la profesión. “No lo dejes, no nos dejes, porque siempre podemos aprender de las personas tan grandes como tú”, le ha conminado el decano.
Enrique Antonio Ceres Ruiz
Enrique Antonio Ceres Ruiz (Granada, 1944) es licenciado en Derecho por la Universidad de Granada (Promoción 1961-1966), compaginando esta carrera con la de Graduado Social (hoy Relaciones Laborales), obteniendo a su vez el correspondiente título.
Tras terminar los estudios, entró en el despacho del reconocido abogado penalista y catedrático de Derecho Penal José María Stampa Braum para realizar la pasantía durante los años 1966-1971, colegiándose como ejerciente en el Colegio de Abogados de Granada el 24 de mayo de 1968. De esta institución, de la que es el colegiado 1.004, fue también Diputado Cuarto de su Junta de Gobierno entre los años 1982 y 1987.
Durante sus casi 57 años de ejercicio profesional ininterrumpido, Ceres Ruiz ha sido abogado de Telefónica en Granada, de la Universidad de Granada o del periódico IDEAL de Granada, con el que lleva más de veinte años, entre otras entidades. No obstante, su ejercicio profesional, especializado en Derecho Penal, se ha centrado más en la atención y defensa de las personas individuales, atraído desde joven por la dimensión humana del Derecho. Esto le ha permitido disfrutar de ese contacto directo con el cliente y la labor de asistencia tan importante que tiene la abogacía, aunque también ha tenido que asumir algunos asuntos profesionales muy complicados.
Ha intervenido en numerosos casos mediáticos de esta ciudad, pudiendo destacar, a título de ejemplo, el incendio del Palacio Arzobispal en los años 80, la venta del Estadio de los Cármenes, el hundimiento del viaducto en Almuñécar, el caso Nevada, el asunto de las audioguías de la Alhambra, el caso Nazarí, los contratos fantasma de Emucesa o, en la actualidad, la muerte de un joven agredido durante las fiestas de Íllora de 2022, además de su intervención como letrado de la defensa en el primer juicio con jurado popular celebrado en toda Andalucía.
A nivel académico, es profesor asociado de la Universidad de Granada, a la que se incorporó también de la mano del profesor Stampa Braum. Ha estado impartiendo clases prácticas de Derecho Penal en dicha Universidad como profesor asociado durante 46 cursos académicos (1966-2013), años en los que disfrutó plenamente de la labor docente, permitiéndole mantener el contacto con la universidad y con las generaciones jóvenes. Actualmente, prosigue con su actividad docente como profesor del Máster Universitario en Abogacía y Procura de la Fundación de Estudios y Prácticas Jurídicas, labor que desarrolla desde los inicios de la que era la Escuela de Prácticas Jurídicas del Colegio de Abogados de Granada (curso académico 1986-1987) y hasta el momento presente, en el que continúa impartiendo clases sobre el proceso penal.
Entre sus distinciones, fue nombrado Colegiado de Honor del Ilustre Colegio de Procuradores de Granada en el año 2015 por ser siempre un gran defensor de la importancia de la figura del procurador en el procedimiento judicial. Dicho reconocimiento supuso una enorme satisfacción y orgullo, ya que su padre, Enrique Ceres Contreras, fue Decano de dicho Colegio entre 1960 y 1968.
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