UGT afirma que la Dependencia es el sector olvidado

En la Ayuda a Domicilio y en Residencias de Mayores es necesario que se produzcan cambios normativos y mejoras en las condiciones laborales del personal

Redacción  |  3 de febrero de 2021
Imagen de recurso de Servicio de Ayuda a Domicilio (JUNTA DE ANDALUCÍA)
Imagen de recurso de Servicio de Ayuda a Domicilio (JUNTA DE ANDALUCÍA)

Desde que se declaró el Estado de Alarma a mediados de marzo, en teoría se consideró a todo el personal de cuidados del Sector de la Dependencia como personal esencial. Durante los 10 meses que llevamos de pandemia todo el personal sociosanitario que atiende a mayores y personas dependientes, tanto en residencias como en sus propios domicilios, han estado en primera línea de “batalla” contra el coronavirus.

Sin embargo, su trabajo no ha sido reconocido en esta situación de pandemia que ha venido a empeorar aún más las ya precarias condiciones laborales de estas personas profesionales que atienden a nuestros mayores, trabajadores y trabajadoras formadas y acreditadas académica y laboralmente.

 

Es en el sector de la ayuda a domicilio donde más patente se ha hecho la dificultad que tienen las trabajadoras, en su mayoría mujeres, a la hora de desarrollar su trabajo con normalidad.

En la provincia de Granada trabajan más de 2800 auxiliares de ayuda a domicilio que ya venían sufriendo gran precariedad laboral que se suma en a las dificultades que estamos pasando por la pandemia. En la mayoría de empresas privadas, los EPIs son insuficientes e inadecuados. En algunas ocasiones no se llega ni a una mascarilla quirúrgica por día de servicio y una caja de guantes al mes por auxiliar en muchos centros de la provincia.

Desde la Federación de Emplead@s de los Servicios Públicos (FeSP)  de UGT Granada venimos denunciando desde hace años que la situación laboral del personal en la ayuda a domicilio es deplorable. Jornadas a tiempo parcial repartidas durante todo el día, bajos sueldos que están congelados por la paralización en la negociación del convenio colectivo, inestabilidad laboral por los cambios de empresas y los pliegos de contratación con precio hora estancado desde hace más de 12 años, que tenemos que estar denunciando en cada concurso y de los que llegan al personal apenas la mitad, etc. 

Incluso durante este tiempo tan difícil desde la FeSP UGT Granada hemos exigido el cumpliendo de todas las medidas de seguridad que dictaban las autoridades en cada momento, denunciamos públicamente las necesidades del servicio tales como la necesidad de un cambio en la normativa que contemple la obligatoriedad del cumplimiento de los convenios colectivos, el reconocimiento de la enfermedades profesionales en el sector, la consolidación del servicio de ayuda a domicilio como un servicio público y el aumento de la financiación por parte de las administraciones.  

El pasado 19 de enero, la Junta de Andalucía anunció la subida del precio hora del servicio de ayuda a domicilio a 14,60 euros. Sin embargo, esta medida es insuficiente para paliar la precariedad de las auxiliares. Hay que tener en cuenta que con la cantidad que se paga por hora de servicio, tiene que cubrir, no solo el sueldo de la auxiliar, sino su ropa de trabajo, EPIs, vacaciones, sustituciones, sueldo de otros trabajadores de la empresa (coordinadores, administrativos, gerentes…), instalaciones y material de la empresa, etc. Pero desde la Junta de Andalucía no se han establecido mecanismos para que dicho incremento llegue a las profesionales del Sector que seguirán cobrando lo mismo.

No es de extrañar que las empresas privadas no quieran negociar mejoras para las trabajadoras, ya que con estos precios el servicio se hace inviable y las empresas “ahorran” recortando derechos tales como el tiempo de desplazamiento entre domicilios, tiempo de desayuno y seguimiento de coordinación, días de asuntos propios y otras licencias retribuidas, cuestiones que venimos denunciando con relativos pocos avances.

Por las características del servicio en sí, es imposible mantener la distancia de seguridad con las personas usuarias, sobretodo en aseos y ayuda en la alimentación, por lo que lo adecuado sería usar mascarillas del tipo FFP2 en lugar de las quirúrgicas que se facilitan, y sin que por otro lado se obligue y se sancione a los usuarios y usuarias y familiares que no se ponen ningún tipo de mascarilla cuando se trabaja en el domicilio: todo ha quedado en algún sitio si acaso, en una recomendación. Gracias a la gran responsabilidad de la inmensa mayoría de nuestros mayores ha sido posible cuidarnos y cuidarles del SARS-CoV-2, la covid-19 que nos está acechando cada día.

No debemos de perder de vista que se está prestando un servicio público y que las personas que lo reciben además de sus derechos también tienen unas obligaciones que tienen que cumplir.

La pandemia se ha cebado especialmente también con las personas en las residencias de mayores, donde han quedado en evidencia las carencias de los centros asistenciales, privados y concertados en su inmensa mayoría.

Durante la primera parte de la pandemia, Granada tuvo el mayor número de contagios por CoVid 19  en  muchos centros de mayores. En la segunda con igual virulencia en otros centros y esta tercera un poco más suave.

Se han vivido momentos muy duros en Residencias con gran número de usuari@s y trabajador@s  contagiad@s. La única solución ha sido la medicalización en algunas.

Las principales dificultades han venido consecuencia de las ratios tan ajustadas en todas las residencias y que ha llevado al caos en los centros junto con la falta de material de protección y los bajos salarios que imposibilita encontrar especialmente profesionales de enfermería. Los cuidados a personas contagiadas por coronavirus son mucho más complicados que en dependientes no contagiados. Esta dificultad unida como decimos a la falta de personal están poniendo al límite a los profesionales ya estresados y desbordados. 

Pero incluso en las residencias hay distintas formas de medir o de discriminar en materia de ratios, y es que por normativa hay residencias a las que se les exige menos personal que a otras simplemente por el hecho de haber acreditado antes de 2008.

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ya en el informe que presentó el pasado año exponía las distintas normativas existentes en España sobre ratios y espacios necesarios para acreditarse, algo que si bien por muchos puede verse con normalidad, no parece lógico que dentro de una misma autonomía haya diferencias cuando menos en temas tan importantes relativos al número de personal necesario en una residencia, y es por lo que desde la FeSP UGT Granada, queremos denunciar esto públicamente, a fin de que se corrija a la mayor brevedad.

Desde nuestro sindicato sí nos alegramos que el personal de residencias haya sido considerado como prioritario para la vacunación frente al Co-Vid19 , pero a las ayudas a domicilio, los mas castigados por el virus, aun les están pidiendo datos y no han comenzado, pero si se les exige seguir atendiendo a los usuarios positivos sin equipos de protección, sin las medidas de seguridad adecuadas ni la formación para esta atención. 

De hecho, los contagios en las ayudas a domicilio en  diciembre son del 15,6%, frente a 16,8 en la atención clínica, según el último estudio sobre seroprevalencia del Covid en España.

Desde siempre FeSP UGT Granada está al lado de est@s trabajador@s, luchamos por el reconocimiento público de este servicio esencial, pero sobre todo por la mejora de las pésimas condiciones laborales, el abandono y las enfermedades no profesionales, que sí lo son, porque afectan al 65% de las plantillas

 

 
 
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