¿Qué sucede en el cerebro de los apostantes y cómo podrían abordar su adicción?

Diferentes estudios han buscado las causas del "enganche" a las apuestas, indagando y analizando las distintas reacciones del cerebro

Redacción  |  28 de febrero de 2022

Las casas de apuestas deportivas online están en el foco de las preocupaciones de la sociedad actual ya desde hace un tiempo, pero con especial intensidad desde el inicio de la pandemia, ya que al no disponer de ocio en exteriores fueron muchas las personas que optaron por esta alternativa recreativa.

Tanto es así que en España llegaron a prohibirse las promociones en las casas de apuestas, durante el confinamiento, con el fin de evitar que las bookies utilizasen esta herramienta de marketing para enganchar a sus clientes a los productos disponibles en aquel momento (casino, ruleta, slots, etc.), ya que la mayoría de deportes habían parado su actividad.

Igualmente, en la actualidad se están empezando a aplicar nuevas leyes respecto a la publicidad del juego, no sin controversia, debido a que muchas de ellas excluyen todo lo relativo a Loterías y Apuestas del Estado (Primitiva, Bonoloto, Lotería Nacional, Lotería de Navidad, etc.)

 

Aunque la mayoría de apostantes son capaces de controlar sus impulsos y jugar de forma razonada, asumiendo las pérdidas cuando las hay, sin excederse cuando uno gana, o simplemente siendo consciente de quese trata de una opción de ocio, hay personas que generan dependencia de este tipo de actividad, algo que guarda gran relación con las reacciones químicas que se producen en nuestro cerebro.

Qué pasa por la cabeza del apostante

Diferentes estudios han buscado las causas del “enganche” a las apuestas, indagando y analizando las distintas reacciones del cerebro. Así, los jugadores con mayor actividad en las regiones de dicho órgano asociadas a la toma de decisiones arriesgadas o impulsivas, aquellos que tienen una mayor activación del sistema de recompensas de este órgano y aquellas personas que segregan altas cantidades de dopamina (un neurotransmisor cuya función es ayudar a las células nerviosas a comunicarse), son más propensas a sentir adicción al juego.

Es un proceso neuronal del que los propios casinos y casas de apuestas son conscientes, y lo aprovechan a su favor. A los jugadores ganadores, aquellos que son capaces de gestionar sus emociones y realizar jugadas coherentes, sobre todo en apuestas deportivas, donde no influye tanto el azar, se les acaba aplicando limitaciones o incluso exclusiones, en base a cláusulas abusivas que les permiten, básicamente, cerrar la cuenta del cliente cuando quieran.

Por el contrario, a los jugadores perdedores, no se les aplica ningún tipo de límite, sino todo lo contrario: reciben promociones y más promociones que en teoría ofrecen beneficios para el cliente (multiplicar el depósito realizado, apuestas gratuitas, etc.), con el simple fin de que estos usuarios realicen una apuesta, activen las reacciones de su cerebro citadas anteriormente y acaben jugando más, de forma impulsiva, en juegos optimizados para que la banca gane.

Cómo abordar un problema de ludopatía

Los problemas llegan cuando todo ese proceso de descontrol llega a tal punto que el usuario apuesta dinero que no puede permitirse perder, empieza a esconderle a su familia y amigos lo que hace, influye en su carácter, convirtiéndose en una persona más irascible e inestable… Como cualquier adicción, la ludopatía puede acabar con la vida de una persona.

Por suerte, a día de hoy hay diversas asociaciones, como la APAL (Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata), que ofrecen los recursos necesarios para tratar conveniente un problema de adicción al juego, centrándose en el principal órgano afectado y causante, al mismo tiempo, de todo: el cerebro.

Una de las principales soluciones es una terapia cognitiva conductual, con el fin de cambiar el proceso que realiza la cabeza del apostante cuando juega, derivando la misma a una forma de pensar más controlada, menos impulsiva, modificando los patrones y las asociaciones unidas involuntariamente a ciertas acciones.

Igualmente, existen fármacos que pueden ayudar en la recuperación. Habitualmente, la ludopatía va de la mano de la depresión, por lo que es importante aumentar los niveles de serotonina que produce el cerebro, mediante antidepresivos. Se está estudiando también la opción de utilizar medicamentos que bloquearían los receptores de opioides, los cuales ayudan al sistema de recompensas del cerebro, pero es una tratamiento que todavía está siendo investigado.

Por otra parte, tanto las propias casas de apuestas como distintas asociaciones ofrecen diferentes servicios para que la propia persona se autolimite la entrada en casinos, locales de apuestas o similares… El problema es que, para llevar a cabo esta acción, el apostante en cuestión ya debe haber llegado al punto de admitir que tiene un problema con el juego.

Las apuestas son una simple afición que puede resultar un agradable entretenimiento, si se juega de forma controlada. Nunca apostar una cantidad que uno no se pueda permitir perder, nunca jugar como recurso para escapar de la realidad que nos rodea, no reaccionar de forma impulsiva ante pérdidas… Si sentimos que no somos capaces de controlar estos factores, es el momento de buscar ayuda.

 
 
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