Intervienen más de cuatrocientos kilos de pescado caducado en algunos puestos de Mercagranada

La intervención se enmarca dentro del Plan Anual de Control Integral de Actividades Pesqueras (PACIAP)

Redacción  |  15 de diciembre de 2020
Vehículo de la Guardia CIvil
Vehículo de la Guardia CIvil

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Granada y el Servicio de Inspección Pesquera de la Delegación  Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía han intervenido cuatrocientos veintiún kilos de pescado caducado dispuestos para la venta en algunos puestos de Mercagranada.

Esta intervención se enmarca dentro del Plan Anual de Control Integral de Actividades Pesqueras (PACIAP), donde las patrullas del SEPRONA de la Guardia Civil y los inspectores de pesca de la Junta de Andalucía trabajan de manera coordinada desde hace años.

 

Al llegar estas fechas próximas a la Navidad se produce una mayor demanda de pescado y marisco. Por ello tanto el Seprona como los inspectores de pesca han intensificado las inspecciones para garantizar que el producto que llegue al mercado respete lo que marca la legislación vigente para garantizar su salubridad. 

Una de estas inspecciones se ha realizado en Mercagranada y los agentes y han descubierto irregularidades graves en la trazabilidad de algunos pescados y mariscos que estaban a la venta. Por ese motivo se intervinieron 38,5 kilos de bacaladilla, 14,2 kilos de gallineta, 4,2 kilos de pintarroja, 2,5 kilos de merluza, 6,5 kilos de palendra, 31,7 kilos de gallo, 26 kilos de pulpo, 9 kilos de cigalas y 6,5 kilos de otras especies, al detectar etiquetas defectuosas, ilegibles y deterioradas, o incluso algunos sin etiqueta. 

Por ejemplo, el etiquetado de las cigalas señalaba que estas tenían fecha de caducidad del verano pasado, por lo que los agentes sospechan que dicho marisco había sido descongelado y ahora lo trataban de vender como fresco.

Además los agentes encontraron abandonados otros 282,8 kilos de pintarrojas, aletas de tiburón, boquerones, caballas y bacaladillas caducados o sin etiquetado, cuyo propietario no pudo ser identificado. Posiblemente se deshizo del pescado al ver a los agentes del Seprona inspeccionar los primeros puestos de venta.

El pescado intervenido, al no reunir las condiciones que garanticen su salubridad y para evitar poner en peligro la salud pública, fue destruido en la planta de residuos urbanos de Alhendín.

 
 
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