Científicos de la UGR demuestran que eviscerar el pescado a bordo reduce el riesgo de anisakiasis
Los resultados señalan que eliminar el tracto digestivo de los pescados a bordo del barco justo tras la captura, al menos en el caso de la faneca, disminuye el peligro de intoxicación
Investigadores del Departamento de Parasitología de la Universidad de Granada (UGR) han comprobado que la extracción del tracto digestivo de la faneca (Trisopterus luscus) a bordo de los barcos de pesca disminuye de manera significativa la presencia de parásitos en el pescado, lo que reduce el riesgo de anisakiasis para los consumidores.
El estudio, publicado en la revista internacional Pathogens, se centró en la comparación entre peces enteros y ejemplares eviscerados inmediatamente tras su captura en el Golfo de Vizcaya. Los científicos adquirieron fanecas tanto enteras como evisceradas en pescaderías granadinas y analizaron la incidencia de los principales parásitos en ambos grupos.
En el pescado entero detectaron dos tipos de nematodos visibles a simple vista: Anisakis e Hysterothylacium. De ellos, solo el Anisakis puede causar problemas de salud en las personas al provocar anisakiasis. Según los resultados, la extracción del tubo digestivo en el propio barco reduce en más de un 40% la abundancia de Anisakis y elimina por completo el Hysterothylacium.
“Retirar el tracto digestivo a bordo no solo reduce el riesgo de anisakiasis, sino que también mejora el aspecto del pescado y aumenta su valor comercial, al quedar libre de larvas visibles que provocan el rechazo del consumidor y el decomiso por las autoridades sanitarias”, explica el profesor Manuel Morales Yuste, coordinador del estudio.
Los expertos destacan la importancia de seguir investigando esta técnica para optimizar su eficacia y minimizar la presencia de nematodos en los productos pesqueros, avanzando así en la seguridad alimentaria.
No obstante, los investigadores insisten en que los consumidores deben seguir las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA): el pescado solo es seguro si ha sido previamente congelado a -20 °C durante al menos 24 horas (o preferiblemente una semana en congeladores domésticos) o cocinado a 60 °C como mínimo durante más de un minuto en toda su masa, para inactivar los parásitos que puedan quedar presentes.
El trabajo, que alinea sus conclusiones con el panel de expertos de la EFSA, supone un avance relevante en el conocimiento y control de los principales riesgos parasitarios en pescados comerciales, reforzando la protección de la salud pública.
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